jueves, 19 de abril de 2012

Defensas (I)

Es sobradamente conocida la historia de enemistades y competencias entre dos de los más clásicos enemigos: Rusia y Estados Unidos. Igual de conocidas son las consecuencias de ese convulsionado vínculo, aunque no se sepa tanto sobre las causas de los odios y los rencores. Un nuevo tirón está poniendo en jaque la tensión de siempre; en el medio, se lanza la moneda por la suerte del resto de los mortales.
Y no es por exagerar. No hace falta avisar a nadie de que en los tiempos que corren, más que nunca antes, lo que ocurra en el rincón más remoto del mundo repercutirá inexorablemente sobre el resto de lo que existe. A pesar de los límites jurisdiccionales y territoriales, los devenires de las acciones -e inacciones- humanas han creado un tejido de relaciones tal, que cualquier frontera se convierte en algo meramente virtual. Un nudo aquí o allá, o apenas un tirón, y el movimiento alcanza a todos los hilos. Para vergüenza de la especie y de la inteligencia que se arroga, parece que todavía algunos no se terminan de enterar. O tan adictos al juego de la batalla naval son, que se torna, digamos, imposible flexibilizar subjetividades no menos áridas que un tablero de yute.
Como si lo que hubo no fuese ya más que suficiente, ahora van por la revancha. Más de cuarenta años de Guerra Fría no dejaron una moraleja que resista al desgaste de las décadas posteriores. Y no amedrentó el envilecido espíritu de los líderes de bando. Sobre todo cuando jugar a la guerra es una debilidad incurable; y si la paranoia es tal que no se concibe la vida sin la delirante fantasía de un Mal que acecha sin pausa, mucho peor. Quizá la nostalgia por aquellos agitados años de persecuciones y competencia armamentista haya calado muy hondo, tanto que se vuelve necesario recrear un “revival” para estar a la altura de los tiempos que corren, donde lo viejo tiende a redoblar porque se vuelve “vintage”.
Lo cierto es que los Estados Unidos apenas han salido de una guerra reciente y ya parecen estar creando el escenario para otra. Fieles a su tradición de vivir en estado de guerra permanente, la irracional “lucha contra el Mal” que se han colgado a los hombros no sólo los lleva a atacar y perseguir a todo aquel que tenga cara de sospechoso, sino que fagocita incesantemente su necesidad de sentirse cada vez más protegidos. Esta vez la clave está en el escudo, y en los satélites que flotan fuera de la atmósfera para interceptar y destruir misiles enemigos. ¡Sí señores, por fin ha llegado el momento de decirlo: el cielo protege a los Estados Unidos de América!
Tras largas negociaciones con países simpatizantes (especialmente con países hundidos en crisis económicas, que recibirán apoyos financieros a cambio del favor), finalmente se pone en marcha el plan implementado desde la llegada a la presidencia de Bush Jr. en el año 2000. El escudo antimisiles, también llamado ABM, ha sido diseñado para interceptar, localizar y destruir misiles enemigos antes de que logren impactar en su objetivo; obviamente, Estados Unidos.
Mire, es muy simple entender cómo funciona. Un misil balístico se lanza desde una región enemiga; un ejemplo natural, Medio Oriente. Se trata de un misil de alta precisión, que sin la necesidad de estabilizadores, se lanza con una trayectoria predefinida que no puede ser modificada durante su viaje hacia el blanco. En los sueños más coloridos de algunos, es además un misil de altísima peligrosidad, muñido de carga nuclear. Apenas esto ocurre, un satélite de defensa colocado en órbita (cuyos fines no son meramente científicos, es evidente, sino bélicos) pone en acción la primera fase de acción del escudo, detectando la estela de lanzamiento del misil y notificando la primicia a un centro de mando con sede en los Estados Unidos o en alguno de los países aliados. Desde ese centro de mando se analizan los datos del misil y su trayectoria, e inmediatamente se autoriza el lanzamiento de un cohete interceptor para frustrar la intentona enemiga. De forma simultánea, se activa la banda X, un sistema especial de radar que continuará observando al misil y fijará el punto de intercepción donde misil y antimisil se encontrarán. Una vez que se lanza el cohete interceptor, se separa el módulo interceptor que colapsará contra el misil enemigo, comprobando la situación y el objetivo mediante los datos enviados por el satélite de defensa y el centro de mando. Siendo capaz de no desviar su curso por la identificación errónea de otros elementos (falsos señuelos o basura espacial), el cohete-antimisil, que puede alcanzar una velocidad de 7,5km por segundo y obtener un alcance superior a los 200km de altura, impacta contra el misil procedente de Medio Oriente y lo destruye por fuerza cinética, es decir, por efecto del impacto de ambos dispositivos en movimiento.    
El campo de acción del escudo es amplio y, de más está decir, estratégico. Jamás podría concebirse ni funcionar teniendo una sola sede para el centro de mando y los puntos de lanzamiento. Por eso necesita de otros puntos de la Tierra desde los cuales dar forma al escudo y así armar su radio de influencia. En estos otros puntos del mundo se instalan centros de mando y silos subterráneos donde se almacenan y desde donde se lanzan los cohetes interceptores. Los lugares elegidos, de países que se han comprometido bajo firma a instalar el escudo antimisiles, son la República Checa, Rumania, Polonia, Turquía y España. Otros países colaboran de diferentes formas; Holanda, por ejemplo, ofreciendo los radares de sus fragatas, o Francia brindando el apoyo de sus propios satélites y sensores.
Semanas atrás, las posiciones encontradas entre los líderes y las sociedades de los países aliados se han hecho oír. Especialmente en España, donde la dignidad de los ciudadanos es cada día más maltratada: a la precariedad laboral creciente y a la crisis económica aún en plena efervescencia, se suma el atropello del Gobierno por no respetar ni escuchar un poco la voluntad ciudadana de impedir la instalación del escudo. Ignorando los pedidos reiterados y expresos de la población, Mariano Rajoy ratificó su grosera apertura a los caprichos estadounidenses y terminó de abrir las puertas del municipio de Rota, en la provincia de Cádiz, al sur de la península y estratégicamente cercana al Estrecho de Gibraltar. Allí tendrá su base principal el componente naval del escudo antimisiles de la OTAN; sí, no es hijo de padres estadounidenses nomás… una variedad de nacionalidades aglutinadas en la Organización del Tratado del Atlántico Norte se han hecho cargo públicamente de la paternidad de la criatura.
El escudo, diseñado para la defensa frente al “eje del Mal”, entre cuyos enemigos declarados se cuentan los Estados tiranos de Irán y China, comenzará a desplegar en la pequeña ciudad española de Rota unos 1.100 militares y 100 civiles. Y estará en condiciones de recibir 18 buques de guerra equipados con el sistema de combate Aegis, diseñado especialmente para atacar misiles balísticos. En total, se trata de 15 naves destructoras Arleigh Burke y tres cruceros Ticonderoga. Según el Gobierno español, la gran ventaja de recibir a esta gente y sus barcos es que el aprovisionamiento y mantenimiento de la flota demandará la creación de unos 300 empleos directos y otros 1.000 indirectos en la bahía de Cádiz. Pero esto no es todo: los efectivos destinados a Rota en esta primera etapa son apenas el 30% del total de militares que llegarán allí; se calcula que pronto serán 4.750 efectivos con residencia permanente y otros 2.285 con residencias temporales. El componente naval estaría desplegado de hecho a partir del próximo año; pero mientras tanto, el Gobierno de Rajoy aprueba su instalación y el Pentágono termina de negociar los presupuestos que demanda la operación.
A partir de sus propios dichos, está claro que para el Gobierno de España no hay razones para patalear, pues “la defensa debe verse como una actividad económica que produce beneficios en los municipios donde hay instalaciones militares”, según expresó el secretario de Defensa Constantino Méndez. Llamativamente, rechazó la solicitud del municipio de Rota que se atrevió a pedir que se le abonen tasas municipales por la instalación de la base. Sin dudas, del Gobierno es esperable cualquier excentricidad, menos dinero; el sistema tributario español exime al Ministerio de Defensa del pago de tasas, y no será una excepción para este caso, el de una base española-estadounidense.
Aunque existe una sentencia legal que exige al Estado español pagar tasas al Ayuntamiento por el llamado IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), que incluye cargas tributarias cercanas a los 13 millones de euros que España le debe impunemente a su propio país. Tampoco pagará los casi 700.000 euros que le corresponde abonar por impuesto de vehículos, ni otro tanto por obras realizadas en el recinto aeroportuario de Rota. Ante semejantes reclamos estrafalarios, Méndez insiste con que “los ayuntamientos saben que las instalaciones militares tienen retornos económicos muy altos en los municipios. Produce muchos beneficios porque hay un flujo importante entre los que trabajan allí y las ciudades”. A ojos vista, está claro que los roteños deben estar más que satisfechos por los potenciales empleos en limpieza de las instalaciones o por las inconmensurables ganancias que obtendrán por la venta de sándwiches y desodorante…
Ejemplo claro de los atropellos que el avance defensivo y su inversión de cientos de miles de millones de dólares que se invierten en armas, infraestructura y bases militares y en llano desmedro de las verdaderas necesidades de los humanos que, simplemente, viven.         
Para la próxima, le cuento algunos otros capítulos de esta aventura que apenas va arrancando.

martes, 3 de abril de 2012

Inversiones (Obama, el Papa, Cuba y otras yerbas...)


En medio de las crisis económicas, financieras, sociales y humanas, ciertos actores del escenario contemporáneo salen al cruce de sus pares e impares con frases y gestos de antología. A juzgar por la alarmante y grosera distancia entre los dichos de los hechos, podríamos creer que definitivamente el mundo camina con los codos y piensa con los talones, o directamente con las sentaderas.


¿O es que las cosas no están dadas vuelta, y son naturalmente así, absurdas, contradictorias? En tal caso, uno debería desarrollar cada vez más profundamente la capacidad de vivir en un mundo así: creer con firmeza que la violencia sólo se combate efectivamente con violencia, comprender que el dogmatismo es la madre de cualquier pluralismo posible, asumir que la marginación es condición esencial de toda inclusión, despojar de toda duda la idea de que la muerte de millones es garantía y precio justo para el éxito de unos pocos. Al fin y al cabo, invertir el error deliberado en acierto accidental, es el secreto de la felicidad.
No se confunda, las cosas son así, ése es el rumbo correcto y el camino a seguir: no estamos confundidos, en cualquier coyuntura de la vida actual, la confusión es sinónimo de claridad, y uno es feliz gracias a sus desgracias.
Porque, de no ser así, hace algunos años atrás, ¿quién hubiese imaginado que un viejo cura alemán íntimamente vinculado al nazismo fuese a ocupar la función de Papa? ¿Quién hubiese apostado su reino por la posibilidad cierta de que un afroamericano llegase a ser presidente electo de los Estados Unidos? ¿Cuántos hubiesen creído que el viejo Fidel defendería uno de los principios más democráticos? En la extraña lógica de las subjetividades y los acontecimientos de la actualidad cotidiana, sucede.  
Hasta ahora, uno tendía a creer que el dogmatismo y la extrema efervescencia de la fe habían sido los responsables directos de grandes males de la humanidad: persecución religiosa, estigmatización y exclusión para aquellos que no se dejan adecuar a los dogmas, defensa de una única verdad por sobre cualquier otra verdad posible señalada como falsedad o injuria, acumulación excesiva de poder y malos usos del mismo, ocultamiento de los pecados propios y denuncia de los pecados ajenos, sólo por citar algunas de las cositas que solíamos endilgarle a los espíritus dogmáticos. Pero resulta que no es así, sino más bien todo lo contrario. Entendamos por fin, de una vez por todas, algo claro y sencillo: el dogmatismo es, ahora, el mayor defensor de la pluralidad de creencias y el más fuerte impulsor del respeto por las diferencias.
Joseph Aloisius Ratzinger, alias Benedicto XVI, 84 años de edad, nacido en la ciudad alemana de Baviera el 16 de abril de 1927, antiguo miembro de las Juventudes Hitlerianas, Papa número 265 de la Iglesia Católica, en funciones desde el día 19 de abril de 2005, detractor a ultranza del aborto, acérrimo enemigo de la fecundación in vitro y de las uniones entre personas del mismo sexo por considerarlas prácticas humanas erróneas opuestas a la voluntad de Dios; por el mismo motivo, contrario al uso de cualquier método anticonceptivo, profundamente preocupado por los alcances de la educación laica en Latinoamérica, de mano firme al momento de condenar la unión de parejas de hecho (heterosexuales también), irritado por la proliferación de católicos independientes que deciden vivir su fe de manera individual, opuesto a cualquier especie de relativismo, dijo recientemente: "la verdad es un anhelo del ser humano y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad. Hay otros que interpretan mal esta búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en 'su verdad' e intentando imponerla a los demás". Lo dijo en Cuba, el 28 de marzo de 2012, en el discurso que brindó en la Plaza de la Revolución de La Habana, a la sombra de las imágenes de Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos. Antes de atreverse a pensar, deténgase: no es a los dueños del bloqueo a quienes hay que exhortar por mayor apertura humana y mayor flexibilidad política, es a Cuba a quien hay que demandárselo. En el mundo tal cual es, la isla sigue siendo menos democrática que el campito continental de Sam.
Barack Hussein Obama, alias Obama, 50 años de edad, nacido en la ciudad caribeña de Honolulu, colonia insular perteneciente a los Estados Unidos de América, de profesión abogado, ex senador y presidente número 44 de su país, de religión protestante, se arroga el éxito de haber dado muerte a otro Hussein (Saddam) y también a Ossama el talibán. En calidad de defensor de la paz, actúa sobre la base de que la violencia se extermina con violencia; demócrata que defiende-justifica-niega-afirma-denuncia-absuelve a sus tropas por los daños colaterales regados por sobre las poblaciones enemigas que ataca-protege, interventor político-militar de todo país donde ciudadanos se agiten. Propulsor-destructor de planes de asistencia médico-asistencial masiva a sus gobernados; adolescente liberal y adulto progre consumidor confeso de alcohol, marihuana y cocaína ya recuperado y limpio; protagonista indiscutido de una de las mayores crisis económico-financieras y sociales de su país. Defensor de los derechos de sus ciudadanos que no dudó en levantar a golpes a manifestantes sencillamente sentados en un reclamo donde los peor golpeados resultaron ser los de su color, declaró  recientemente: "miles de libras de material nuclear han sido retiradas de instalaciones en todo el mundo, material potencialmente mortífero que ahora está seguro y no puede utilizarse contra una ciudad como Seúl. Terroristas y bandas criminales siguen intentando echarle mano, así como al material radiactivo necesario para una bomba sucia. El peligro del terrorismo nuclear sigue siendo una de las mayores amenazas para la seguridad mundial". Lo dijo el 26 de marzo de 2012 en Seúl, durante la II Cumbre de Seguridad Nuclear, donde dos de los temas de discusión clave fueron el desarrollo atómico de Irán y el inminente lanzamiento de un cohete de largo alcance por parte de Corea del Norte. La agenda sí incluyó la exhortación al desarme nuclear de países peligrosos como los ya citados, pero no incluyó la misma urgencia por la solicitud de similar desarme para otros países inofensivos como Israel, Pakistán, China, Rusia o el propio, Estados Unidos.
Nuevamente, antes de reflexionar deténgase, porque muy probablemente volvería a equivocarse: no es en nombre de la coherencia y del bien colectivo que se arman, desarman y aplican las políticas armamentistas, es por el engrosamiento y el ensanchamiento de la virilidad que algunos precisan detentar. En el mundo tal cual es, las reservas nucleares se sacan de los países y se guardan en Estados Unidos porque sólo así y ahí están seguras. Y no es ni un poco riesgoso que mientras eso sucede, el terruño del Tío Rico continúe perfeccionando su armamento nuclear, porque ése sí que es un país inofensivo que sólo ataca para protegernos del Mal.
Además, ya no se imagine cosas que no son, porque así no sólo va a envejecer demasiado rápido sino que también va a cargar con angustias y preocupaciones que no tienen sentido. Entiéndame bien: Estados Unidos jamás haría algo en contra de nadie, ni contravendría ningún tratado internacional de respeto de derechos y jurisdicciones. Es que como todo está tan bien, los periodistas vienen siendo rehenes de un creciente síndrome de falsificación de la realidad. Por eso hace poco, el 28 de marzo de 2012, publicaron en varios medios la supuesta noticia de que la policía boliviana interceptó un vehículo de la diplomacia estadounidense que trasladaba armas de manera ilegal, violando lo establecido por la Convención de Viena. Dicen estos filibusteros que sucedió en Trinidad, una localidad boliviana por supuesto ignorada, ubicada a 600km de La Paz. Un hecho que el sensacionalista y mitómano de Evo Morales señaló como “violación flagrante de los principios fundamentales de confianza y de respeto entre países”.      
Realmente, hay que vivir en un mundo de fantasía para tragarse algo así. Ésta es la cruda verdad: Estados Unidos es uno de los mayores defensores de la libertad y del respeto por la independencia y autodeterminación de los Estados. Y si no, fíjese. “No hay ningún motivo para que Estados Unidos e Irán estén divididos. Al  pueblo iraní se le niega la libertad básica de acceder a la información que quiere. En Irán existe una cortina de hierro electrónica. El gobierno censura Internet para controlar lo que los ciudadanos pueden ver y decir y controla los ordenadores y los teléfonos móviles con el único objetivo de proteger su propio poder. El gobierno iraní tiene la obligación de respetar estos derechos, al igual que tiene la obligación de respetar sus obligaciones. Si el gobierno de Teherán asume una actitud responsable será nuevamente acogido en la comunidad internacional". Lo dijo el 20 de marzo de 2012 en discurso desde la Casa Blanca saludando a los iraníes en el día de su celebración por Año Nuevo persa. Después que no digan que Obama no es atento ni respetuoso. Y a ver si por fin se enteran de por qué algunos son acogidos y otros no lo son. Y deje de creer que el FBI persiguió, arrestó y condenó a los creadores del sistema de libre circulación de contenidos Megaupload...
Fidel Alejandro Castro Ruz, alias Fidel, 85 años de edad, de profesión abogado y revolucionario, líder de la Revolución Cubana, de ideología marxista y de religión atea, ex presidente de Cuba y actual diputado, dijo recientemente: “marxistas y cristianos sinceros, con independencia de sus creencias políticas y religiosas, deben y pueden luchar por la justicia y la paz entre los seres humanos. Marxistas y cristianos -católicos o no-, musulmanes -chiíes o suníes-, libre pensadores, materialistas dialécticos y personas pensantes, nadie sería partidario de ver desaparecer prematuramente a nuestra irrepetible especie pensante". Lo dijo el 28 de marzo pasado, en su encuentro con Benedicto XVI.
Hoy, las cosas son así. Invierta en salud: piense invertido.